No es la peor de las películas, pero desde luego no es ninguna obra maestra.
El director no consigue mantener el pulso del relato, resultando aburrida a trozos.
El personaje del maestro no convence en ningún momento (o bien la película no ha acertado con el tono de la narración), a pesar de contar con un excelente actor, en tanto Joaquin Phoenix hace (y bien) el papel típico de borracho/drogadicto misterioso introvertido y con “punch” que está tan de moda últimamente.
Es curioso que se la haya puesto por las nubes, teniendo defectos tan patentes.
La película tiene algunos aspectos disfrutables: 1) historia sobre el origen de la secta de la cienciología, que hasta ahora no se había tocado 2) se entrevé que la película se ríe con mala leche de la cienciología, lástima que queda demasiado disimulado por el tono entre pinto y valdemoro de la narración 3) los tramos protagonizados por joaquin phoenix son divertidos, aunque al final el personaje no acaba de explotar y resulta cansino. 4) la factura técnica es buena.
